IRRESISTIBLEMENTE IRRESISTIBLE

A lo largo de la vida vamos conociendo, cruzándonos, intercambiando experiencias con una larga lista de personas distintas, diferentes. Algunas de ellas las integramos en nuestro círculo de amistad más cercano, otras pocas pasamos a considerarlas amistades de segundo grado, no por ello menos importantes, y con otras muchas ya no volvemos a tener más contacto del que un día, por una razón concreta, pudimos llegar a tener. 

Una considerable razón por la que algunas personas nos atraen mientras que otras nos pasan totalmente desapercibidas parece ser que se desmarca de toda idea que manteníamos hasta el momento. Ya  el plano físico se ha pasado de moda y, a pesar de que continúa siendo una  fuente de atracción, ha dejado de ocupar el primer puesto. La personalidad, al igual que la vestimenta y la imagen que la persona proyecta han abandonado el ranking de tips para volverte irresistiblemente atractivo, dejándole paso a una capacidad poco valorada por todos nosotros hasta hace poco. 

¿La empatía es atractiva? Tal y como un estudio realizado por la Universidad de Lübeck demuestra, para inesperada sorpresa de muchos, la capacidad de comprender las emociones y sentimientos que la otra persona está vivenciando o expresando en un momento concreto aumenta, considerablemente, la atracción hacia la misma, sobrepasando muchos otros factores como el físico, la vestimenta o la personalidad. 

La gran desconocida por muchos hasta hace relativamente nada nos ha dado una lección pasando a ser la mayor generadora de atracción entre las relaciones humanas, facilitando y apoyando una interacción social exitosa entre nosotros. Rígidas ideas que hemos ido alimentando y sosteniendo hasta el momento acerca de la expresión y comprensión de las emociones no ayudaban a la hora de poder ser capaces de comprender qué se esconde tras unas lágrimas, una situación estresante o una sonrisa de oreja a oreja. 
 
Hoy puede ser el día de poder empezar a ser más atractivos desarrollando la empatía tanto con los demás como hacia nosotros mismos. Empezar a dejar de lado todas esas machacantes ideas en contra de nuestras emociones o las ajenas. Empezar a preguntarnos ¿qué sentirá la otra persona? Empezar a contestarnos ¿cómo me siento yo? Empezar a conectar desde lo emocional y empezar a ser más atractivos emocionalmente.

Tal y como me suele gustar decir, la empatía se trata de una habilidad, lo que significa que podemos ir desarrollándola y creo que todavía estamos a tiempo. Para ello os adjunto un pequeño vídeo de Elsa Punset con la intención de adquirir unas pautas acerca de cómo desarrollar la misma, pero sobre todo: con la intención de dejaros con las ganas de aprender más sobre el tema.



Comentarios