DESDE EL AMOR SI, DESDE EL MIEDO NO
Actualmente
nos encontramos en una época, quizá difícil, rodeados de tremendas noticias que
no hacen más que hablar de terribles catástrofes y de la creciente situación de
paro juvenil, llenándonos de sentimientos relacionados con la incapacidad de
poder actuar y hacer frente a semejante escenario. Un momento de la vida en el
que nos hemos dado por vencidos, proclamando ganador al entorno, a quien dejamos
que tome cada una de nuestras decisiones que nos conducen, poco a poco, hacia
un futuro. Ahora viene mi pregunta: ¿Se asemeja ese al futuro que nosotros
queremos aprovechar y disfrutar?
TENEMOS
QUE RECUPERAR LA FUERZA Y CONFIANZA PARA EMPEZAR A TOMAR NUESTRAS DECISIONES.
Sabemos
de sobra que la mayor locura que podemos llevar a cabo es la de intentar tener
controlados todos y cada uno de los acontecimientos del futuro. En infinidad de
ocasiones perdemos gran cantidad de tiempo planificando, con toda serie de
detalles, cómo va a ser el acontecimiento que está por venir, para ir
analizando las herramientas y recursos que tenemos en nuestras manos para poder
hacerle frente. El problema está en que solemos ver el porvenir con una mirada
sumamente catastrofista y los recursos que planeamos para enfrentarnos ante
semejante acontecimiento, que nunca llega a ocurrir, son exagerados.
Pretendemos matar moscas a cañonazos.
HACERTE
DUEÑO DE TUS DECISIONES NO SIGNIFICA QUE TENGAS QUE TENER CONTROLADO EL FUTURO,
YA QUE ES IMPOSIBLE.
La
resilencia de la que hoy queremos hablar nos ayudará a ser nosotros los
responsables de las decisiones que vamos adoptando, desde nuestro corazón y
nunca desde el miedo, haciéndonos más fuertes ante los problemas, sin dejar que
estos últimos nos terminen paralizando a nosotros. Uno de los primeros
conceptos que debemos de tener en cuenta es que siempre que tomamos una
decisión en nuestra vida, la tomamos desde el amor o desde el miedo. Solemos
decantarnos, por ejemplo, a la hora de elegir un oficio o bien porque nos
apasiona el trabajo que se realiza en el mismo o bien porque tenemos miedo a
quedarnos sin dinero y sabemos que dicho empleo nos proporcionará unos ingresos
económicos mensuales. Este simple ejemplo nos sirve para ver cómo una decisión
tomada desde el miedo no tiene nada que ver con la misma tomada desde el amor.
Hoy en día, lo que nos está ocurriendo es que la gran mayoría de los medios de
comunicación nos están llevando a que adoptemos las decisiones de nuestro día a
día desde el miedo.
DESDE
HOY VOY A TOMAR LAS DECISIONES DESDE EL AMOR Y EL MIEDO LO SUPERARE
ENFRENTANDOME AL MISMO.
¿Con
la filosofía de tomar siempre las decisiones desde el amor y no desde el miedo
significa que debemos de rechazar todo aquello que no nos guste y evitar a toda
costa situaciones duras o de conflicto? NO. Adoptar las decisiones desde el amor
también significa que nos vamos a encontrar con dificultades, problemas y
situaciones en la vida que nos suscitaran emociones no tan agradables como la
tristeza, el estrés, ansiedad, depresión, ira... Pero ante las mismas, en vez
de tenerles miedo y dejar que campen a sus anchas en nuestro interior, nos
iremos haciendo lo suficientemente fuertes como para aceptarlas, entenderlas,
permitirles que estén en nuestro interior pero no dejando que sus síntomas nos
influyan en gran medida en nuestro día a día.
LOS
PROBLEMAS NO LOS EVITAREMOS, A PARTIR DE AHORA, LOS CONSIDERAREMOS FUENTE DE
CRECIMIENTO Y APRENDIZAJE.
Desde
hoy plantéate, sin hacer tampoco grandes introspecciones, si las decisiones que
vas a tomar las adoptaras desde el miedo o desde el amor. Reconoce qué
emociones sueles experimentar a lo largo del día y acéptalas, no trates de quitártelas
de tu interior. Comienza a leer y a informarte de fuentes de información más
positivas ya que las demás solo te dirán lo mal que van las cosas, sin
aportarte nada. No evites los problemas y conflictos, enfréntate a los mismos y
veras como vas creciendo.
Comentarios
Su nombre es SERGIO FERNÁNDEZ.
www.pensamientopositivo.org