Saber esperar

Una de las reflexiones principales que hemos abordado en los últimos posts del blog, ha sido una oposición a la inmediatez, a quererlo todo YA, a forzar el destino y no dejar fluir y disfrutar de lo que el día a día nos ofrece en el momento. El artículo de hoy también se encuentra relacionado con la temática: APRENDER A ESPERAR.


DEJA QUE LA VIDA FLUYA 

Son muchas las personas que nos marcamos objetivos que deseamos alcanzar y, al ver que los mismos no se cumples, tiramos la toalla y abandonamos lo que estamos haciendo. El deseo de la inmediatez hace que no dejemos nacer todos aquellos proyectos por los que hemos ido trabajando.

SABER ESPERAR ES UN ARTE

Es importante recordar cómo cada cosa, persona, objetivo, deseo, sueño... nace en su debido tiempo y momento. Cada una de las cosas dispone de su propio tiempo tanto de crecimiento como de maduración, por ello, cada vez que nos planteemos un objetivo y trabajemos día a día por el mismo, es importante que tengamos presente cómo nuestro deseo se hará realidad, pero en el tiempo en que sea preciso (que no siempre es el que nosotros deseamos, el ¡¡AHORA!! o el ¡¡YA!!). No debes de olvidar cómo tu objetivo está en camino, lo verás cuando menos te lo esperes.

CADA COSA TIENE SU TIEMPO DE CRECIMIENTO, MADURACIÓN Y NACIMIENTO

Un simple y gráfico ejemplo para comprender y confiar en el valor de la espera es el de la semilla y la planta. Tu quieres una flor y para ello preparas una maceta con tierra donde metes la semilla. Cada día la riegas, la mimas y la cuidas. Parece que no sirve para nada, pero cuando menos te lo esperas, comienza a florecer



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