La terribilitis de Rafael
Nos encontramos en un momento en el que tenemos la
tendencia, casi innata, introducida en nosotros de calificar todos y cada uno
de los acontecimientos que nos deparan en esta vida como: TERRIBLE. Que se nos
muera un ser querido es TERRIBLE, que nos deje la novia es TERRIBLE, suspendamos
un examen es TERRIBLE, discutir con un amigo es TERRIBLE… estamos inmersos en
la TERRIBILITIS tan menciona y analizada por el gran psicólogo Rafael
Santandreu, cuyos libros los recomiendo en el apartado de: LIBROS.
El mismo Rafael Santandreu nos aconseja ser realistas y
racionales a la hora de evaluar los hechos y acontecimientos que nos sucede
para poder preservar una correcta salud tanto emocional como mental. Por ejemplo,
si consideramos que la ruptura amorosa se trata de un hecho TERRIBLE, haciéndoselo
ver de esta manera a nuestro sistema de creencias, las emociones que nos dominaran
serán tales como: estrés, ansiedad, desesperanza, tristeza, impotencia… en cambio,
si consideramos que la ruptura amorosa se trata de algo MALO, sin llegar a ser
TERRIBLE o CATASTRÓFICO, las emociones negativas que se acaban de mencionar
serán mucho menos intensas y más moderadas.
Es importante darnos cuenta de cómo desde el momento en el
que calificamos un acontecimiento como TERRIBLE, de forma inconsciente nos
estamos mandado menajes tales como: ya no podré volver a ser feliz, no lo
superaré, esto ya no hay quien pueda con ello… mensajes totalmente falsos y
dañinos que poco os ayudaran a poder superar la adversidad. De lo contrario, si
consideramos como MALO el acontecimiento y nos decimos frases como: lo voy a
pasar mal pero poco a poco iré superándolo, ha sido una desgracia pero volveré
a recuperar la ilusión, ahora estoy mal pero sé que las cosas van a ir a mejor…
no evitaremos el mal trago que nos provoca el hecho sucedido pero nos llenamos
de fe y esperanza de poder volver a disfrutar e la vida y recuperarnos
plenamente.
Al igual que muchas de las vivencias las calificamos como
TERRIBLES, hay otras que las calificamos como GENIALES. Son muchas las
ocasiones en las que nos autoengañámos diciéndonos cosas como: cuando encuentre
la mujer de mi vida seré feliz, en el momento en el que consiga ese empleo es cuándo
podré disfrutar de la vida, cuando gane mucho dinero empezaré a disfrutar de
las cosas… siempre aplazamos la felicidad a acontecimientos y realidades que,
en cuanto las alcanzamos nos damos cuenta de que no son lo que nos esperábamos
de las mismas. La persona que deja su felicidad en manos de un determinado
empleo, se dará cuenta que dicho empleo no le proporcionará el bienestar con el
que había fantaseado.
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