Proyecto de vida
Siguiendo el hilo del artículo publicado hace unas semanas: Hazte preguntas
y descubre tu propósito de vida, me gustaría dedicar un espacio a discutir
acerca de la imposición de proyectos de vida que hoy en día se están dando en
el ámbito de las personas con discapacidad.
Como en el artículo, anteriormente citado, se hizo referencia, cada uno de
los individuos tenemos que elaborar nuestro propósito de vida, labrarnos
nuestros motivos por los que vivir y establecer nuestras metas y objetivos que
deseamos alcanzar en un más o menos próximo futuro. Pero mi pregunta es: ¿por qué
pensamos que las personas con discapacidad, diversidad funcional, no tienen un
proyecto de vida?
En la sociedad en la que nos estamos desarrollando, mantenemos un firme y
casi inamovible paradigma que dicta cuales deben de ser las acciones y hechos
que nos permitirán desarrollar nuestro proyecto de vida y, la supuesta,
felicidad. Dicho paradigma consiste en: realizar estudios universitarios,
independizarte, encontrar pareja, casarte, tener hijos y un remunerado puesto
de trabajo. Hemos interiorizado de tal manera las metas que a sociedad nos dice
que tenemos que llegar a cumplir que miramos con malos ojos a todas aquellas
personas que han tomado la decisión de plantearse otro tipo de metas diferentes
a lo largo de su proyecto de vida y desarrollo personal.
Retomando la temática de las personas con diversidad funcional, a lo largo
de la historia y con toda la buena intencionalidad, nos hemos empeñado en tomar
las decisiones por ellos, interfiriendo y dificultando la autodeterminación de
las mismas personas. Nos hemos creído que el hecho de ser nosotros los que tomábamos
las decisiones sobre su vida, para que los mismos lleguen a alcanzar los
objetivos que forman el paradigma del proyecto de vida de la sociedad actual,
era lo correcto y hoy en día, nos estamos dando cuenta de que NO ES ASI.
Cada persona, independientemente de su condición, tiene el pleno derecho a
decidir y vivir de la manera que ella misma vea como correcta. El proyecto de
vida de un individuo no tiene por qué ser el mismo que el del resto de la
sociedad ya que los gustos y preferencias de cada persona son diferentes y, las
motivaciones de las misas también. Por ello es importante que empecemos a trabajar
por la autodeterminación de las personas con diversidad funcional. Ayudémosles
a que ellos decidan por sí mismos, al igual que lo hacemos nosotros. Rompamos
el viejo paradigma arcaico que nos marca las pautas de cómo debe ser nuestra
vida y construyamos y diseñemos cada uno el nuestro propio ya que, como hemos
dicho, todos tenemos el derecho para hacerlo, ahora solo falta buscar los
medios.
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