"LA belleza de Holanda"
“La belleza de Holanda” titulo que lleva la breve e intensa
historia escrita por la creadora de la serie de animación y aventuras con la
que todos, a lo largo de nuestra infancia, hemos aprendido a contar: Barrio Sésamo, Emily
Pearl Kinsgley.
Se trata de un relato que da a conocer al lector cómo son los
momentos previos de tener un hijo con síndrome Down, el momento del parto en el
que la matrona te comunica la noticia que, por unos instantes, derrumba tu
sueño construido día a día a lo largo de más de nueve meses y el momento en el que
se toma a decisión de enderezar las velas del velero y hacer que las fuertes
ráfagas de viento nos ayuden a navegar por las aguas de nuestra vida, en vez de
permitir que la tormenta destruya nuestra embarcación.
La autora y madre de un chico con síndrome Down, explica
cómo ella, junto a su marido, comenzó a preparar un viaje para ir a Italia,
conocer todas sus obras artísticas, su gente, los palacios, sus cultura, la gastronomía…
para ello, a lo largo de más de nueve meses, comienzan a ultimar los
preparativos, comprándose guías de viaje acerca de Italia, prendiendo el
idioma, informándose acerca de los lugares que visitar… todo preparativo que cualquier
padre y madre lleva a cabo antes de que nazca su hijo/a.
Por fin llega la fecha tan esperada, día en el que cogerán el avión y llegaran a Italia, lugar donde tanto deseaban ir. Tras varias horas de vuelo y alguna que otra turbulencia, llegan al aeropuerto. De pronto, se acerca la azafata y les da la siguiente noticia: “-Señores, debo informarles cómo el aeropuerto al que acaban de llegar es el de Holanda”. Noticia que cae como un cubo de agua fría sobre los padres, a los que la comadrona les informa cómo el hijo/a, que durante tantos años estaban esperando, ha nacido con síndrome Down.
Por fin llega la fecha tan esperada, día en el que cogerán el avión y llegaran a Italia, lugar donde tanto deseaban ir. Tras varias horas de vuelo y alguna que otra turbulencia, llegan al aeropuerto. De pronto, se acerca la azafata y les da la siguiente noticia: “-Señores, debo informarles cómo el aeropuerto al que acaban de llegar es el de Holanda”. Noticia que cae como un cubo de agua fría sobre los padres, a los que la comadrona les informa cómo el hijo/a, que durante tantos años estaban esperando, ha nacido con síndrome Down.
Es impresionante y totalmente recomendable continuar leyendo
el relato para poder darse cuenta y reflexionar de cómo, a pesar de que al
principio lo parezca, aterrizar en Holanda no es tan terrible. Como la misma
autora refleja, Holanda es un lugar maravilloso que, quien no lo visita no sabe
las oportunidades, experiencias, dificultades, retos, alegrías, motivaciones, aprendizajes…
que hay en la ciudad. Una ciudad alegre, con sus barrios conflictivos y días tormentosos
también, pero ante todo, una ciudad con girasoles, donde conoces una multitud
de gente acogedora con la que poder compartir y charlar, con bonitas cafeterías
donde poder tomarte un café cada tarde y ante todo, un lugar lleno de
experiencias al que te ha llevado el destino y, si no fuese por él, nunca habrías
tenido la oportunidad de poder conocerlo y disfrutarlo.
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